EL INTERNET DE LAS COSAS: EL CAMBIO HACIA UNA SOCIEDAD HIPERCONECTADA
Por: Javier Mazeneth
Realizar videoconferencias de negocios en tiempo real entre dos socios: uno en su apartamento en New York y otro estando en la oficina en Tokio, con traducción simultánea de idiomas; practicarle una cirugía al paciente que está a 1.500 kilómetros de distancia, a través del robot cirujano que es controlado desde lejos; reparar paso a paso el motor del vehículo, con la ayuda de gafas de realidad aumentada; mercar a través de la pantalla táctil instalada en la puerta de la nevera u operar mediante un control las luces, cámaras y seguros de las puertas de nuestro hogar; son cosas que por la época de los años setenta u ochenta solo podíamos ver en películas de ciencia ficción o en medio de los sueños tras una noche de excesos.
Hoy, muy cerca del año 2020, la constante y acelerada transformación en múltiples ámbitos y escenarios que ha sufrido el planeta, gracias al desarrollo exponencial de la tecnología, dan cuenta del insaciable deseo que tiene el ser humano por vivir conectado con todo lo que masivamente le rodea —hiperconectividad de las cosas—. Esto, inclusive, ha convertido una “cosa” —el smartphone— en la extensión de nuestro cuerpo; sin temor a pasarme de exagerado, en estos tiempos olvidar o perder el celular provoca en muchos la sensación de andar incompleto.
El constante interés por la conectividad entre todas las cosas, ha dado origen a lo que llamamos ‘El Internet de las Cosas’ o ‘loT’ —Internet of Things, por sus siglas en inglés—, concepto mundial nacido en el Instituto de Tecnología de Massachusetts —MIT—; anteriormente era poco conocido, pero ha revolucionado la relación entre los objetos y las personas, cambiando su estilo de vida con el simple hecho de permitir estar ‘en línea’ durante cada actividad realizada en la cotidianidad.
Actualmente, en el mundo consumista e hiperconectado en el que vivimos, para cada necesidad está diseñada una “cosa” con capacidad de conectarse a la red; por ejemplo, relojes y zapatillas inteligentes que se ajustan automáticamente a tu cuerpo —wearables—; midiendo el pulso, las calorías y el recorrido de la rutina de ejercicio, y permitiéndole compartir con el grupo de amigos las estadísticas a través de la nube.
También, gafas de realidad aumentada que permiten simular un escenario virtual mediante conexión a la red, posibilitándonos entregar instrucciones por medio de comandos de voz y facilitando el uso de las manos para otras diligencias. Un muy claro ejemplo de su aplicabilidad está siendo desarrollado en la industria logística; particularmente, en la operación de centros de distribución automatizados, en donde el operador recibe órdenes a través del dispositivo: escanear códigos de barras para ubicar y registrar mercancía en el almacén.
Así como los dos anteriores ejemplos, hay miles de cosas enlazadas a la red ‘loT’ que permiten hacer más fácil muchas de nuestras labores en distintos campos: medicina, ingeniería, transporte, seguridad, comunicación, deporte, medio ambiente, hogar, entre otros. ‘El internet de las cosas’ es un concepto que crece en proporciones desmedidas, se estima que para el año 2020 entre 22 y 25 mil millones de ‘cosas’ estén entrelazadas; para ese momento habría dispositivos conectados casi 4 veces más que la población total de la tierra y, en promedio, cada persona tendría hasta 5.1 aparatos en línea.
Microsoft News Center Latinoamérica indica algunas estadísticas sobre el ‘loT’ (News Center LATAM. (2016). 16 increíbles estadísticas que pronostican el futuro del Internet de las Cosas. news.microsoft.com.
- En 2020, más de la mitad de los principales procesos de negocios a nivel mundial incorporarán algún elemento de‘IoT’. —Predicciones 2016 Gartner: Implicaciones inesperadas que surgen del ‘IoT’—.
- Para el 2020, se espera que el mercado de ‘IoT’ crezca a 1.7 billones de dólares, lo que marcará una tasa de crecimiento anual del 16.9%. —Pronóstico Mundial de Internet de las Cosas IDC, 2015-2020—.
- 6 mil millones de cosas tendrán la capacidad de solicitar soporte autónomamente, para el 2020.
- Durante el 2025, el ‘IoT’ podría generar más de 11 billones de dólares en valor económico, a través de mejoras en eficiencia energética, tránsito público, administración de operaciones, inteligencia de negocios y transporte. —Según McKinsey Global Institute—.
- Se espera que para el 2020 el mercado de salud conectada crezca a 117 mil millones de dólares. Además, que en el 2017 el monitoreo remoto de pacientes genere a la industria ingresos por 46 mil millones de dólares. —Según el ACT Report—.
- Por último, las casas serán una parte importante en el ‘IoT’. En el 2019, las empresas de tecnología entregarán 1.9 mil millones de dispositivos para conectar los hogares; lo que marca un estimado de 490 mil millones de dólares en ganancias. —Business Insider Intelligence—.
En conclusión, el ‘IoT’ está y seguirá estando en todos lados; si no me cree, mire a su alrededor y muy seguramente podrá ver algún dispositivo en línea midiendo, reportando o comunicando algo. Esta es la realidad del lugar en el que vivimos, un mundo en red, rápido, configurable a cada necesidad y estilo de vida del cliente o las personas; si el ‘IoT’ es “bien usado”, podría llegar a facilitarnos muchas tareas en el normal desarrollo de nuestras actividades cotidianas.
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